Una de las cosas más difíciles de percibir y de comprender bien es el sufrimiento de nuestro animal de compañía. Cuando nos enfrentamos al sufrimiento del animal que amamos, que se encuentran herido o enfermo, para nosotros es muy difícil saber exactamente de qué se trata.

¿qué hacemos ante el sufrimiento de nuestro compañero?

Algunos guardianes amplifican el nivel de sufrimiento a medida que su animal come, juega y se mueve porque interpretan la situación a través de sus propias emociones. Estas personas a menudo están aterrorizadas por la enfermedad o la posible pérdida de su mascota.

He observado que algunos guardianes tratan de aplicar todo tipo de tratamientos y remedios a sus animales o los llevan de veterinario en veterinario y cambian regularmente los tratamientos alopáticos o alternativos. Todos los días se dicen a sí mismos que su animal está a punto de morir. Al alimentar estos pensamientos, se sumergen en un estado de profunda ansiedad porque se preparan constantemente para enfrentar el abismo: su vida sin la presencia de su amado animal, sin amor.

Otras personas, por otro lado, no saben ni discernir ni valorar el grado de sufrimiento de su mascota que se encuentra al final de su vida. A menudo, un animal moribundo hace un esfuerzo por ocultar su verdadero estado. Esto está relacionado con el instinto de supervivencia, porque en la naturaleza, un animal débil pone en peligro al resto de los miembros del grupo. A veces, es sólo cuando el grado de dolor es muy alto cuando el animal realmente dejará aparecer lo que realmente siente…

Estos guardianes tienen el mismo miedo, incluso, pánico a la vejez, la enfermedad, la pérdida y la muerte. Por otro lado, este miedo se expresa de manera diferente porque realmente se niegan a aceptar la realidad de la situación.

Algunos ejemplos de casos que he visto

El caso de Billy

Un perro, llamado Billy, tiene un tumor grande en la boca que distorsiona su mejilla y afecta su ojo. Sin embargo, parece vivir su vida con bastante normalidad. Su guardiana, Marie, me asegura que no está sufriendo: “Billy vive normalmente, come y sale a caminar.” Marie fue a ver a un comunicador que le dijo que su perro no estaba sufriendo. Está convencida de que Billy está bien y evita ir al veterinario (miedo, gastos, horarios, etc.).

Miro el caso de Billy, y  sin embargo, percibo que está sufriendo. Además, tiene problemas para comer. Percibo este sufrimiento como una frecuencia que vibra anormalmente. Me atraviesa de alguna manera, pero no me pertenece. Llego a la conclusión de que Billy está sufriendo porque puedo reconocer su dolor. Él y yo somos uno, aunque seamos seres únicos y diferentes.

Todos somos capaces de sentir el dolor de otro ser sensible.

Para ello, es necesario practicar frecuentemente para convertirse en un canal claro, sin a prioris, sin juicios y sin interpretaciones.

Si no puedo sentirlo, sólo puedo usar mi sentido común: por ejemplo, si este tumor es tan grande que el ojo de Billy está deformado, hay una forma de sufrimiento a pesar de que parece vivir su vida normalmente.

En el caso de Billy, me sorprende mucho ver que no tiene tratamiento médico, así que insisto en una visita al veterinario. A pesar de todas sus buenas intenciones y amor por él, algunos guardianes no “leen” la situación correctamente.

En estos casos, recomiendo encarecidamente que los guardianes accedan a su profunda intuición y utilicen su sentido común.

¿Hay necesidad de eutanasia para Billy?

Tal vez no se debe considerar la eutanasia inmediata (cada caso es único), sin embargo, es imperativo que se prescriba tratamiento médico para el sufrimiento. La eutanasia seguramente será necesaria, antes de que el guardián la quiera, para evitar demasiado sufrimiento.

La guardiana de Billy parece sorprendida por estas palabras porque piensa que su perro está bien.

¿Llevará a Billy al veterinario?…

El veterinario estudia el caso clínicamente y objetivamente, determina si el animal está sufriendo o no. En general, tiene toda la razón. El veterinario procede por observación y deducción gracias a sus conocimientos médicos, su experiencia y seguramente también gracias a una gran parte de intuición. Aunque, por supuesto, cada veterinario es diferente.

El veterinario tendrá a menudo una observación clínica muy precisa, pero a veces, se cierra a su propia empatía para protegerse el mismo del sufrimiento. Como resultado, no siempre sentirá la condición exacta del animal.

También es necesario tener en cuenta la relación emocional con el guardián y la forma en que éste percibe la partida de un animal hacia el otro lado.

La comunicación animal, bien hecha, sin interpretaciones y sin proyecciones emocionales, es muy importante y debe ser desarrollada para todas las personas cercanas a los animales o que están trabajando con ellos. Así podemos sentir exactamente lo que pasa y practicar el discernimiento.

Al estar consciente de los síntomas físicos, emocionales y mentales dentro de uno mismo es como se puede saber cuál es la verdadera situación y tomar una decisión en consecuencia. Por supuesto, todos podemos cometer errores, los guardianes y los veterinarios, y no leer la situación correctamente.

Trabajando en profundidad sobre la comunicación animal, podemos abrir nuestros centros de percepción para acercarnos un poco más a la verdad (del animal), aunque siempre filtrada por nuestra mente humana.

Otro caso: Hidalgo

Un caballo anciano que tenía los pies muy doloridos y que casi siempre estaba acostado. Se levantaba cada mañana, claramente para complacer a su guardiana. El veterinario quería que se le practicara la eutanasia, la guardiana, no. Sin embargo, Hidalgo estaba sufriendo mucho.

¿Tal vez Hidalgo está esperando a que su guardiana esté lista antes de irse? Sin embargo, debemos medir estas palabras: por un lado, no debemos dejar a un animal en gran sufrimiento y, por otro lado, también debemos tratar de respetar el profundo deseo de un ser sensible.

La eutanasia

La eutanasia no es un asesinato sino un acto de liberación y un gesto de compasión.

Para todos aquellos que tienen un animal, la cuestión de la eutanasia siempre surgirá en algún momento a menos que su animal muera por accidente, por ejemplo.

Realmente tienes que aprender a sentir dentro de tu corazón qué hacer porque nadie puede decirte exactamente qué hacer, ni el veterinario ni el comunicador.

Si pudiéramos ser capaces de saber que el cuerpo físico de nuestro amado animal es para él un vestido que él deja para tomar otro, nos ayudaría en esta difícil decisión.

Las hojas del árbol caen pero las raíces permanecen.

Para la esencia misma, el ser de luz que es vuestro animal siempre existirá a través de la eternidad, el vínculo de amor entre vosotros es indestructible, durará a través del tiempo.

En el vasto universo de tu pequeño corazón, está todo ese conocimiento y verdad. Sólo tienes que aprender a escucharlo.

NOTA:

El tema de la eutanasia es muy complejo y cada caso es diferente. Estoy en contra las eutanasias precipitadas. Por ejemplo, cuando es solo un caso de vejez, de cojear o de hacerse pipi encima.
Sin embargo cuando hay sufrimiento como en los casos de cáncer generalizado o de sufrimiento respiratorio se considera como eutanasia de compasión.

Laila del Monte